diumenge, 5 de febrer del 2012

Teníamos ese sueño

La noticia de la partida sin retorno de mi querida maestra y amiga, me ha sorprendido mucho. Me cuesta creerlo. Hace menos de un mes hablé con ella por Skype y aunque me contó que nuevamente la enfermedad se complicaba, la vi aún con entusiasmo y esperanza. Creo que, aunque quizás lo sospechaba, me negaba a creer que esto ocurriera.

(…) se produjo un vínculo muy fuerte entre nosotras, nos entendíamos muy bien como maestra y pupila, nos complementábamos perfectamente en lo profesional y así, mientras íbamos trabajando, también conversábamos de nuestras vidas y nuestras dificultades, ella me apoyó e inspiró mucho. Desde que la conocí la encontré especial. Yo la admiraba y la quería. (…)

Yo también le agradezco a ella todos los momentos que compartimos y su gran ejemplo de fortaleza, solidaridad y amor, su interés genuino por las personas…su sabiduría, su capacidad de escuchar, valorar y estimular. Fue un privilegio conocerla y compartir con ella. Creo que más o menos en julio de 2010 le escribí una carta donde le expresé mi agradecimiento y le animaba a mejorarse para que vengan a Chile con Jesús, le dije que me gustaría poder retribuir todo lo que ella me entregó, recibiéndola aquí y mostrándole mi país… teníamos ese sueño.

Siento una profunda pena, pero coincido contigo en que mucho de ella quedó en mí, su influencia en lo profesional y personal me marcó. Así que completamente de acuerdo contigo en que nosotras que quedamos aquí, continuaremos su legado en el tiempo y en el espacio. También a mí su ejemplo me dará fuerzas para seguir siendo cada día mejor persona y mejor profesional.

Marly Casanova
Profesora Universidad en Chile

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